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sábado, 10 de marzo de 2012

La hazaña del geodesta Ibáñez

Carlos Ibáñez
1825-1891

El levantamiento contra las tropas napoleónicas dejaría a Baleares aún más aislada, geodésicamente, de lo que ya estaba. François Aragó, por su origen francés, se veía obligado a escapar disfrazado de payés mientras dejaba inconclusa la conexión de las Islas con el continente. Pasaría medio siglo hasta que alguien continuara el proyecto. Entre problemas económicos y administrativos, Carlos Ibáñez sería responsable de tal hazaña.

Nació en Barcelona en 1825, pero tardaría poco en trasladarse a Guadalajara para ingresar, en 1838, en la Academia de Ingenieros. Allí, estudiaría tanto disciplinas militares como científicas, algo que explicaría su ascenso meteórico en el Ejército. En una década se convertiría en teniente coronel. Sin embargo, su paso a la posteridad llegaría por ser considerado uno de los mejores geodestas de Europa.

Su primera gran oportunidad llegaría en 1853. Carlos Ibáñez era elegido miembro de una comisión creada para la elaboración de un mapa general de España. Un encargo del Gobierno por el que proyectó un nuevo instrumento para medir bases geodésicas que sería conocido como regla española.

La firma francesa Brunner se encargaría de su construcción para mejorar la exactitud y conseguir mayor velocidad en la medición. «Me propuse despojar el aparato de toda complicación poniendo su uso al alcance del que sepa manejar un sencillo instrumento de topografía», explicaría el barelonés. Su presentación llegaría en 1858 con la medición de la base de Madridejos (Toledo), la triangulación de origen para un mapa que debía tener más de 1.000 hojas.

La operación generó tanta expectación en la comunidad geodésica internacional que algunos ya apuntaron a Carlos Ibáñez como uno de los geodestas más importantes de Europa. En 1864 el proyecto dio un paso más. Con la división del país en distritos geodésico-catrastales, Ibáñez fue nombrado jefe de la junta de Castellón, Valencia, Alicante y Baleares.

En noviembre de 1864 ya estaba en las Islas. Su objetivo era continuar el proyecto inconcluso de enlace geodésico del archipiélago con el continente. El final para la campaña que a principios de siglo habían iniciado primero Mechain y luego Biot y Aragó (ver entrada) con la extensión del meridiano entre Dunkerke y Barcelona, que acabó extendiéndose hasta Formentera. El mismo que había servido para la implantación del sistema métrico decimal. Además el trabajo incluía triangulaciones locales en cada isla para situar el número de puntos geodésicos suficiente para trazar la topografía, así como la elaboración de planos.

El científico dividiría la tarea en tres grupos: Ibiza y Formentera con las islas adyacentes; Mallorca, Cabrera y Dragonera; y el tercero con Menorca y sus islotes. Cada uno contaría con su triangulación -que se apoyaría en una base medida directamente- y se dividiría en tres redes geodésicas: de primer orden, de segund y de tercero. Éste último con triángulos de 5 kilómetros de lado.

A las dificultades técnicas del proyecto se sumó lo que el propio Ibáñez denominó como "inoperancia administrativa". Primero fue la retirada de todo el personal civil que colaboraba con el científico. A los 17 meses del inicio de los trabajos se suspendieron también las operaciones y en 1866 se suprimieron los distritos geodésico-catastrales por problemas presupuestarios.

Sin embargo, el barcelonés no se dio por rendido. Decidió continuar con los trabajos con la única ayuda de dos auxiliares de geodesia. En 1871 publicaba Descripción geodésica de las Islas Baleares. Ibáñez esperaba que a los resultados de aquella primera provincia se sumara, después, el resto del territorio nacional. La obra, con más de 800 páginas, dividía los resultados de su hazaña en cuatro partes. En primer lugar describía la relación de los instrumentos y señales empleados en las observaciones. Después, las triangulaciones de las Pitiusas, Mallorca y Menorca en último lugar. En total su descripción incluía tres bases medidas directamente, 738 triángulos y 396 puntos geodésicos situados en ciudades y pueblos pero también en faros, fortalezas y torres de costa.

Para cuando se editó el volumen, Carlos Ibáñez ya era presidente del recién creado Instituto Geográfico y Estadístico que retomaría el propósito de la elaboración de un mapa de España, pese a que sería la última nación de Europa en tenerlo. Entre los grandes logros del barcelonés estaría también la unión geodésica de nuestro país con África a través de Argelia. Proyecto que le valdría el títutlo de Marqués de Mulhacén otorgado por la Reina regente.


Baleópolis nº140  17-01-2012


Fuentes

¿Quién fue Carlos Ibáñez?


IBÁÑEZ, Carlos. Descripción geodésica de las Islas Baleares

SOLER, Tomás; RUIZ-MORALES, Mario. Letters from Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero to Aimé Laussedat: new sources for the history of nineteenth century geodesy

* Resumen en castellan a cargo de Joan Capdevila

VV.AA. Militares y marinos en la Real Sociedad Geográfica


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