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domingo, 22 de enero de 2012

Bernat Calvet y el ensanche parisino para Palma

Bernat Calvet
1864-1941

El derribo de las murallas fue el primer paso para que Palma abandonara la estructura hermética que conservaba desde el siglo XVII. Bernat Calvet, un ingeniero ibicenco, fue el autor del proyecto de ensanche que modernizaría la ciudad. Pese a los ejemplos de Madrid y Barcelona, fue el parisino Plan Haussman el que le inspiró. Pero el gran plan urbanístico de Palma seguía incompleto y con grandes fallos medio siglo después de su concepción.

Nació en Ibiza en 1864, pero sería en madrid donde iniciara su carrera profesional licenciándose como ingeniero de Caminos, canales y puertos. Sus ascensos fueron continuos. Y, para cuando Alfonso XIII firmó en 1902 la orden de derribo de las murallas de Palma, Bernat Calvet era ya ingeniero municipal de la ciudad. Sólo un año antes su proyecto de ensanche, resentado bajo sin su nombre, había sido aprobado.

En pleno siglo XIX Palma conservaba la estructura y la fisonomía de dos centurias atrás. Encerrada en sus murallas, con un crecimiento caótico extramuros y con las «zonas polémicas» que prohibían construir a menos de 1.250 metros de ellas. La aprobación de las bases para el concurso que eligiera un proyecto de ensanche que iniciara la transformación. Un texto que estaría redactado en 1877 pero cuya convocatoria no llegaría hasta 1896.

El autor del plan elegido, aprobado en 1901, era Bernat Calvet. Un ibicenco que, pese a los ejemplos de Cerdà en Barcelona y Castro en Madrid, buscó inspriación en el proyecto de Haussman para París. Su idea era la de un ensanche en forma de gran corona circular que abarcara todo el casco antiguo. Desde Es Jonquet a El Molinar. El cauce de la Riera dividiría en dos el espacio.

Tal como establecían las bases, esta formación radial tendría por ejes de crecimiento las principales carreteras de acceso a la ciudad: Andratx, Sóller, Inca, Manacor y Llucmajor. Estas vías conectarían el casco antiguo con los barrios que habían ido apareciendo fuera de las murallas: Son Espanyolet, la Soledad o Santa Catalina, entre otros. Zonas a las que no debía llegar el proyecto de ensanche.

Asimismo, las calles serían de tres órdenes diferentes con 30 metros, 20 metros y 10 metros de ancho, respectivamente. Entre las primeras surgirían la calle Aragón o 31 de diciembre; en el segundo, Nuredduna o Blanquerna.

Plano realiado por Bernat Calvet
Para Miguel Seguí Aznar en Planteamientos teóricos y realización práctica del Plan Calvet, uno de los errores del proyecto era que no hacía una «definición sistemática del uso del suelo». El ingeniero se limitaba a indicar dónde situar zonas verdes (en el área de los institutos) o a sugerir la construcción de tres mercados (en la plaza del Progreso, en la del ferrocarril y en la zona de Levante) y tres paseos. Uno de ellos, una ronda desde la fábrica de gas a Hornabeque que marcaría el límite del ensanche. Otro, crearía en Can Pere Antoni una explanada con jardín e hipódromo.

En su distribución, la zona industrial y comercial se situaría entre la carretera de Sóller y la de Llucmajor. En las proximidades del paseo de ronda se ubicarían bibliotecas, teatros y museos. Las escuelas públicas estarían apartadas de la gran circulación. El ibicenco planteaba incluso la creació de un observatorio astronómico en el camino de Son Rapinya.

Los retrasos y los incumplimientos fueron los otros dos grandes problemas del plan Calvet. En primer lugar, según Seguí Aznar, el atraso de Palma que iniciaba su proceso de ensanche con casimedio siglo de retraso con respecto a otras ciudades como Madrid o Barcelona.

La lentitud se fue extendiendo, también, durante las obras. Los cálculos del ingeniero pensaban en una Palma a 25 años vista, que habría duplicado su población, según las teorías de Malthus y en la que corresponderían 40 metros a cada uno de los 124.000 habitantes. Pero en 1940 parte del ensanche estaba aún sin cubrir. Y el casco antiguo, intocable en aquella primera fase, seguiría en el caos hasta el Plan Alomar de 1943.

Por otro lado estuvieron todos los fallos cometidos sobre el planteamiento de Calvet. Las deficiencias que Forteza denunció sobre el proyecto se sumaron a una Administración que no respetó las disposiciones que regulaban la altura de los edificios en relación a la anchura de las calles. Hasta 1973 no establecería una regulación.

La materialización del proyecto acabó por torcer calles rectas en el mapa del ingeniero, mientras se modificaba, hasta en varios palmos, el ancho establecido para las mismas. Al mismo tiempo que la ciudad evolucionaba gracias a su primer impulso, la carrera de Calvet siguió en ascenso. Fue regidor y alcalde de Palma, jefe de obras públicas de Baleares e inspector. Un cargo que le obligaría  a trasladarse a Madrid hasta su jubilación en 1935.


Baleópolis nº 138   03-01-2012


Fuentes

MARCH NOGUERA, Joan. L'enderrocament de les murades de Palma, un triomf de l'higienisme mallorquí.

SEGUÍ AZNAR, Miguel. Planteamientos teóricos y realización práctica del Plan Calvet.

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