Páginas

domingo, 22 de enero de 2012

Eduard Boscà y la lagartija pitiusa

Eduard Boscà
1843-1924

En 1877 Eduard Boscà revolucionaba la zoología en nuesto país. Después de trece años de trabajo, publicaba la primera versión del Catálogo de los reptiles y anfibios observados en España, Portugal e Islas Baleares. Además de la innovación de su carácter nacional, sería el primer estudio herpetológico del archipiélago. Una investigación pionera a la que seis años más tarde sumaría la descripción de una nueva especie: la lagartija Podarcis pityusensis.

Nació en Valencia en 1843, la misma ciudad en la que primero se graduaría como bachiller en Medicina y Cirugía antes de licenciarse en Medicina y Ciencias en su universidad. Pese a que ya se iniciaba en la investigación pasó sus primeros años vinculado a la docencia. En 1873 doctoraba en Ciencias Naturales en la Universidad de Madrid e iniciaba su carrera como profesor.

La Escuela de Agricultura y Veterinaria de la Diputación de Valencia se convirtió, aquel mismo año, en su primer destino. Después llegarían los institutos de segunda enseñanza de Xátiva, Albacete y Ciudad Real. Faltaba sólo un año para que viera la luz pública la que sería su gran obra.

Mientras ejercía como profesor, Boscà sentaba las bases de un gran catálogo herpetológico. Su investigación había comenzado, en realidad, en 1864 impulsada por el profesor Rafael Cisternas en la Universidad de Valencia. En 1877 los Anales de la Real Sociedad de Historia Natural recogerían la primera versión oficial del Catálogo de los reptiles y anfibios observados en España, Portugal e Islas Baleares.

El volumen supuso una revolución en España, no sólo por tratarsede un estudio de ámbito nacional sino porque contenía un mapa con la distribución geográfica de las especies. Además, el naturalista valenciano incluyó toda una serie de indicaciones como la dieta alimentaria, el dimorfismo sexual o la reproducción. Revolucionario a nivel nacional, el Catálogo había supuesto el primer estudio herpetológico de Baleares.

Para algunos autores, –como apuntan Valentín Pérez-Mellado, Claudia Corti y Josep Miquel Vidal en Herpetological Explorations of the Balearic Islands During the Last Two Centuries– el trabajo de Boscà, pese a ser pionero, estaba algo anticuado y dentro de la escuela clásica a la que también pertenecían Barceló i Combis (ver entrada) o Pérez Arcas. Tal vez por ello, el naturalista comenzó a fraguar una nueva versión de su catálogo. Reedición que se beneficiaría de su mayor contacto con expertos europeos.

En 1881 se publicaría la nueva versión del trabajo. Por primera vez Boscà incorporaba a su estudio datos obtenidos a través de la experimentación, con la cría en cautividad de ejemplares.

En aquella fecha, la renovadora taxonomía europea comenzaba a entrar en nuestro país. Una de las preocupaciones del valenciano fue entonces señalar la variabilidad que podría existir en una misma especie para no caer en la creación de taxones erróneos. Consideraba que la altitud y el hábitat eran los factores climatoecológicos más importantes. Una tarea en la que le ayudaría el herpetólogo francés Ferdinand de Lataste y que se confirmó en 1883 con la descripción de una nueva especie: la Podarcis pityusensis, la lagartija endémica de las Pitiusas.

El descubrimiento sería fruto del artículo Exploración herpetológica de la isla de Ibiza, publicado en 1883 tras una visita a Ibiza y sus islotes, pero no a Formentera, a lo largo de 1882. Sin embargo, el valenciano la citó como una variedad de la Podarcis muralis, común en la Europa mediterránea. Sería uno de sus últimos trabajos publicados.

«Ya en otro escrito indicamos la conveniencia de adoptar el criterio del doctor Bedriaga con respecto al estudio de la especie poliforma Lacerta muralis», escribe Boscà. El propio Bedriaga sería quien reonociera la lagartija común de Ibiza como una especie no descrita y «tal vez exclusiva» de las Pitiusas. Opinión que, sumada a los estudios del valenciano, acabaron por añadir la variedad pityusensis a la balearica ya existente.

Cuello más grueso que la cabeza, escamas dorsales casi hemisféricas y una tinta ocre o negra en las escamas granulares que daban al dibujo un aspecto de mosaico o bordados. Eran algos de las características que el herpétologo utilizaba para descubrir lo que él consideraba sólo una nueva variedad. Según Boscà, la pityusensis tenía más en común con variedades de la parte continental y las islas de Italia que con las conocidas hasta el momento en la Península Ibérica.

Entre los datos curioso que señala está «la confianza» que las lagartija mostraban hacia el hombre y que las convertía en presas fáciles de cebos y redes. En 2008 aparecía ya como «casi amenazada» en el Catálogo Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Además, señalaba que los ejemplares de los islotes presentaban los dedos desgastados, e incluso faltándoles la uña o varias falanges. Un hecho que relacionaba con la escasez de tierra y vegetación en los acantilados de su hábitat. En la actualidad se conocen hasta 30 subespecies entre las que destaca una de un intenso color azul.


Baleópolis nº136    20-12-2011

Fuentes

BOSCÀ, Eduard. Exploración herpetológica de la isla de Ibiza

SÁNCHEZ ARTEAGA, Juanma. Eduardo Boscà Casanoves y la renovación taxonómica de los catálogos faunísticos en España durante el último tercio del siglo XIX
asclepio.revistas.csic.es/index.php/asclepio/article/download/59/61

PÉREZ-MELLADO, Valentín; CORTI, Claudia; VIDAL HERNÁNDEZ, Josep Miquel. Herpetological Explorations of the Balearic Islands During the Last Two Centuries

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...