Páginas

martes, 20 de diciembre de 2011

Carmelo Villalonga, un odontólogo del XIX

Carmelo Villalonga

En mayo de 1857 la imprenta palmesana de José Gelabert publicaba Breves esplicaciones de odontotecnia [sic]. Su autor, un supuesto mallorquín, Carmelo Villalonga, que se presenta como «cirujano-dentista». Faltaban aún veinte años para que se instaurara el título de odontólogo y su formación era poco más que una continua práctica. Pero la sequía bibliográfica del XIX convirtió su folleto en un texto pionero sobre la concienciación de la higiene bucodental y las prácticas odontológicas de la época.

«Proporcionar un bien a mis semejantes, manifestándoles las funestas y trascendentales consecuencias de que pueden ser víctimas los apáticos e incuriosos en esta parte de su organización». Ése es el objetivo con el que Carmelo Villalonga comienza sus Breves esplicaciones de odontotecnia [sic]. Un opúsculo de apenas 15 páginas publicado en 1857 en Mallorca por la imprenta de José Gelabert. Un artículo en el que concienciaba sobre la higiene bucal, denunciaba algunas prácticas extendidas y publicitadaba sus habilidades y servicios.

«Este tipo de folletos comenzaron a aparecer a principios del siglo XIX y uno de sus principales aspectos es el hecho de que instaran a los padres al cuidado y la limpieza de la dentadura de los niños», afirma el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Historia de la Odontología, Javier Sanz. El primer objetivo de Villalonga era concienciar «del cúmulo de enfermedades a que se halla expuesta una boca descuidada».

El levantamiento de objetos pesados con los dientes, el abuso de los dulces y los alimentos muy calientes son algunas de las prácticas perjudiciales que reseña el mallorquín. Asimismo, apunta algunos productos utilizados para el aseo o la conservación de la dentadura que podían causar «agudos padecimientos». «Para la limpieza se utilizaban elixires con aguafuerte, que resultaban tóxicos. Y para el dolor de muelas, opiatas hechas a partir de opio», relata Sanz.

Josep Darder Seguí, el geólogo de los trasvases

Josep Darder Seguí
1925-2008

Con la clara influencia de su padre, referente en los estudios geológicos de Mallorca, Josep Darder Seguí tuvo clara su orientación profesional. Se licenció en Ciencias Naturales, y su interés por la geología le llevó pronto al subsuelo. De las prospecciones petrolíferas pasó al estudio de las aguas subterráneas. Una faceta con la que se convirtió en pionero en los proyectos de trasvase del Ebro y en el aprovisionamiento de agua a la Isla en pleno boom turístico.

Nació en Mallorca en 1925 en el seno de una doble saga de intelectuales: los Darder y los Muntaner. Su primo, Emili Darder (ver entrada), había sido revolucionario en el sistema sanitario de Palma. Su padre, Bartomeu Darder (ver entrada), , nombre clave además de pionero en los estudios geológicos en la Isla. Su traslado a Tarragona, en cuyo instituto había conseguido una plaza como catedrático, haría que su hijo, Josep Darder Seguí pasara el resto de su vida en Cataluña.

Según Ramon Salas Roig, Josep Darder siempre hablaba de su padre con un tono "apasionado y de admiración al mismo tiempo". Un discurso en el que siempre acababa por salir la figura de Paul Fallot. También él le había conocido desde joven por la gran amistad y relación profesional con su padre. Pero, además, en septiembre de 1947 le acompañó durante una campaña en las sierras de Baza y Filabres (Cordilleras Béticas).

La Guerra Civil supondría un revés para padre e hijo. El primero sería encarcelado en dos ocasiones y apartado de su cátedra durante dos años. El segundo, que pasaba el verano en la casa de unos familiares en Mallorca, quedaría atrapado en la isla hasta que acabó el conflicto. El final de aquella década marcaría el inicio de su carrera científica.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...