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viernes, 26 de agosto de 2011

Francesc Camps Mercadal: el médico folclorista

Francesc Camps Mercadal
1852-1929

Francesc Camps nació, como personaje, de un renuncio. Durante años creyó que su sueño era la medicina. Le había costado tanto llegar a aquella Universidad de Barcelona y salir como licenciado que pensó que, con su puesto como médico oficial de Es Mercadal, sentía colmadas todas sus expectativas. 

Su verdadera vocación surgió después, cuando las ofertas que recibía para trasladarse a la Península le hacían afianzarse aún más a aquella Menorca en la que había nacido. La culminación de su carrera le convirtió en un experto folclorista.

Nació en marzo de 1852 en el lloc de Sa Cova des Barranc d’Albranca: la finca en la que su padre era aparcero. Aquel Gabriel Camps fue el responsable de su primera educación hasta entrar en la escuela de Es Migjorn Gran. Fue a los catorce años cuando, bajo la protección del naturalista mahonés Francisco Cardona i Orfila (ver entrada), comenzó bachillerato en el Instituto General y Técnico de Mahón.

Francesc Camps había tardado muy poco en saber cuánto valía su formación. Había alternado sus clases de instituto con su trabajo en una tienda de materiales de construcción naval para costearse los estudios. En 1872, ya bachiller, contempló cómo su sueño de estudiar Medicina se diluía como el golpe de lucidez frente al oasis en el desierto. Resignado, volvió a la finca para ayudar a su familia en los trabajos agrícolas.



Un año después su horizonte pareció abrirse. Consiguió un empleo en Casa Grasset –una empresa dedicada al embarque de vinos a Río de la Plata– y pudo instalarse en Barcelona e iniciar la carrera de Medicina en su universidad. En 1878 regresaba a Menorca como licenciado en Medicina y Cirugía con la calificación de sobresaliente.

Su sueño parecía cumplido. Tardó poco en establecerse en Es Mercadal como médico titular y Francesc ganaba prestigio en toda la isla. Fue entonces cuando comenzó a recibir propuestas para trasladarse a la Península. Sus renuncias serían continuas. Él quería permanecer unido a su tierra. Aquella finca del Barranc d’Albranca en la que había nacido se convertiría entonces en su pseudónimo literario con el que redactaba en revistas y demás publicaciones. Era una forma más de afianzar su relación con Menorca.

Su trabajo como médico de familia le permitió entrar en contacto con la gente del campo, algo que despertó en él una gran curiosidad por estudiar el pueblo menorquín. Era sólo el inicio.

Su análisis quería ir más allá de las características del momento. Camps Mercadal buscaba el origen y las huellas de las civilizaciones que habían pasado por Menorca. Se interesó por la Historia de la isla a través de investigaciones arqueológicas, geográficas y geológicas. Una vertiente más científica dentro de la redactó obras como Itinerario de los talayots (1881), Erratas de cartografía menorquina (1909), Tinajas de la época árabe menorquina (1921) y De arqueología menorquina (1913). Redactó, además, una biografía sobre aquel Cardona i Orfila que le había apadrinado de joven.

Sus aportacioes como historiador y arqueólogo tenían las mismas limitaciones que caracterizaron cualquier estudio histórico de Menorca hasta la segunda mitad del siglo XX. No tuvo mayor formación que la autodidacta. Un bagaje cultural elogiado por intelectuales como Joan Hernández Mora.

Multiplicó sus líneas de investigación y su obra alcanzó una amplitud sorprendente. Además de la Historia con mayúsculas, el menorquín reivindicaba el conocimiento de las pequeñas cosas, el folclore. «Su mirada sobre el presente las convierte en el espacio intermporal que supone la tradición», apuntaba el Archiduque Luis Salvador sobre el mismo aspecto. Una coincidencia que llevó a comparar a Camps Mercadal con el austriaco.

Con la llegada del siglo XX, el menorquín despuntó como folclorista y filólogo. La recogida de material folclórico había comenzado, en realidad, mucho antes. Uno de sus primeros objetivos fue la recopilación de literatura tradicional. Aquella nueva faceta historiadora coincidía con el desarrollo del regionalismo menorquín dedicado a la defensa de la identidad histórica, cultural y lingüística. Publicó Tradicions mitològiques (1921), Refranes menorquines sobre meteorología (1896) o Gloses menorquines (1908), entre otras.

¿Dónde había quedado entonces la medicina? Continuaba trabajando sí, pero Francesc d’Albranca había superado en prestigio y fama al doctor Camps.


Baleópolis nº90   28-12-2010

Fuentes

RAMIS, Andreu. Francesc Camps i Mercadal, les raons d'un homenatge.

FLORIT NIN, Francesc. Dues dimensions de Francesc d'Albranca.

ANY FRANCESC D'ALBRANCA

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