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domingo, 31 de julio de 2011

Eduard Pons Tortella: un anatomista en el encéfalo

Eduard Pons Tortella
1906-1989

La Guerra Civil frenó en seco la carrera universitaria de Pons Tortella. Un expediente de depuración le incapacitó para ejercer la docencia durante seis años. El menorquín aprovecharía aquel exilio para traducir al español las obras de Spalteholz y Fischel. Su formación continuaría casi en la clandestinidad en el Instituto Neurológico Municipal de Barcelona. El centro que marcaría su currículum.

De familia menorquina y padre médico, Eduard Pons Tortella nació en Mahón en 1906. Después de terminar la enseñanza secundaria, se trasladó a Barcelona donde, en 1922, comenzó su carrera de Medicina en la Universidad. Siete años después, completaría su licenciatura.

Antes de salir de la Universidad, comenzó a formarse en la que sería su primera especialidad. En 1925 se incorporó como alumno interno a la cátedra de Anatomía del profesor Manuel Seres. Su objetivo inicial era dedicarse a la investigación y la docencia anatómicas. Tras su muerte, Pons Tortella continuó hasta convertirse en auxiliar interino. 




En aquella etapa redactaría también sus primeros trabajos científicos. Estudios que, como explica el doctor Marí Balcells en el artículo L’obra científica d’Eduard Pons Tortella, no eran sólo ejercicios de estilo sino también «intentos de ilustrar al cirujano en alguna variante anatómica o en la función de una estructura».

La cirugía fue, precisamente, la nueva especialización del menorquín. Se preparó siendo médico interno en la clínica quirúrgica del doctor Joaquim Trías. En 1932, el mismo año en que se doctoró, obtuvo por oposición la plaza de médico de guardia de cirugía en el Hospital Clínico de la Facultad. Siempre pensando en mejorar su preparación, realizó una estancia en dos instituciones de la Universidad de Viena en 1935: el Instituto Embriológico, dirigido por Alfred Fischel y el Instituto Anatómico, coordinado por Eduard Pernkopf. Faltaba sólo un año para que aquella carrera universitaria se detuviera.

La Guerra Civil supuso una zancadilla para la trayectoria de Pons Tortella desde su estallido. En aquel mismo 1936 el conflicto hizo que ni él ni Moisès Broggi pudieran presentar El estudio de los espacios celulares del cuello en el IV Congreso Internacional de Anatomía que se celebraba en Milán. Conscientes de la importancia de su aportación, remitieron el artículo a la revista francesa Lyon Chirurgical, pero ésta no lo publicaría hasta 1938.

Las peores consecuencias llegaron con el final de la contienda. El menorquín fue cesado de todos los cargos en la Universidad y el Ayuntamiento. Una amnistía para funcionarios municipales en 1940 le permitió recuperar su puesto como médico funcionario. Sin embargo, un expediente de depuración le incapacitó para la docencia durante seis años. El informe de Falange le consideraba «persona contraria a la religión católica» además de «seguidor de los doctores Trías y Pi».

Demostración de cirugía experimental de Bickel en 1922
MUSEU D'HISTORIA DE LA MEDICINA DE CATALUNYA
Pese a aquel exilio institucional, el médico continuó su carrera en todos los resquicios que encontró. En la teoría tuvo tiempo entonces de traducir el Atlas de Anatomía Humana de Spalteholz y el Compendio de Embriología Humana de Fischel, su maestro en Viena. En la práctica, su faceta cirujana quedó relegada a algunos episodios de medicina privada y a la investigación en neuropatología durante sus trabajos no remunerados en el Instituto Neurológico de Barcelona. En 1950 se produjo su ingreso oficial en el Instituto donde llegaría a ser jefe del departamento de Neuroanatomía y Neuropatología, disciplinas a las que añadiría su actividad anatomista. Sus trabajos en estas áreas le convertirían en toda una autoridad. Estudió las variadas causas de isquemia, los diferentes tipos de infarto cerebral y las hemorragias por ruptura de un vaso dentro del encéfalo.

«Pons no mostró nunca tentaciones de especializarse como neurocirujano», asegura Marí Balcells en su artículo. Era el doctor Eduard Tolosa quien ostentaba este cargo en el Neurológico. Su dedidación se orientó más a la investigación. Lesiones cerebrales por isquemia, Las columnas neuronales somáticas o Clasificación de las angitis cerebrales –cuya clasificación sigue vigente y útil hoy día– serían algunas de sus obras en la materia.

Dicen que fue su propia modestia la que impidió que los estudios de Pons Tortella tuvieran repercusión internacional. Pese a jubilarse en 1976, el menorquín siguió asesorando a sus discípulos del Instituto Neurológico de Barcelona durante años. Allí, en la Ciudad Condal y adoptiva, falleció en 1989.

Baleópolis nº12-07-2011

MARÍ I BALCELLS, Víctor J. L'obra científica d'Eduard Pons Tortella

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