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miércoles, 29 de junio de 2011

Javier Benedí: un biólogo en la incubadora

Javier Benedí
1957-2002

A finales de los años 80 España era un páramo desierto en la investigación de infecciones en los recién nacidos. Nada se sabía, ni siquiera, del Streptococcus agalacticae, una bacteria capaz de provocar la muerte del bebé en 48 horas. Fue Javier V. Benedí quien, a través de sus trabajos en Son Dureta, extendió esta vertiente de la microbiología desde la que lograría la creación del IUNICS.

Se trasladó a Mallorca a finales de los 80 porque su mujer, también bióloga, era mallorquina. Pero Javier V. Benedí había nacido en Zaragoza en 1957. Su determinación de estudiar Biología le llevaría después hasta la Universidad de Barcelona donde acabaría por especializarse y doctorarse en Microbiología tras un año de estancia en el Instituto Pasteur de París.

Su obsesión inicial fue la Klebsiella: una bacteria causante de la neumonía en adultos a la que dedicó, incluso, su tesis doctoral. Dos años de estancia en el Channing Laboratory de la Universidad de Harvard virarían su punto de mira a las infecciones de los neonatos. El centro era pionero en el estudio del Streptococcus agalacticae: un microorganismo que se había convertido en la causa más frecuente de infección en los recién nacidos.


La bacteria era la pesadilla de microbiólogos clínicos, neonatólogos y obstetras. Pese a que habita en el colon, puede colonizar la vagina de las mujeres y, si son gestantes, pasar al recién nacido a través del canal del parto. Las consecuencias de la infección, como neumonía o meningitis, pueden acabar con la vida del niño en 48 horas.

Aquella experiencia dejaría huella en Javier V. Benedí. Fue en la década de los 80 cuando llegó a Mallorca. Su primer paso: un puesto como profesor titular de Biología de la UIB. «Entonces comprobó el poco contacto que existía con el departamento de microbiología de Son Dureta para la investigación», apunta el especialista del Servicio de Microbiología de dicho hospital, José Gil. Mientras los primeros se centraban en la parte ambiental de la bacteria, los segundos pensaban en su faceta clínica.

Benedí tardó poco en dar el salto a Son Dureta desde donde inició un proyecto de investigación herencia de los estudios del Channing Laboratory. En 1991 el desarrollo de infecciones graves a partir del Streptococcus agalacticae tenía una incidencia de 2,4 por cada 1.000 casos. «En Estados Unidos el problema había aparecido una década antes. En Europa su investigación estaba por detrás. Y en España sólo se habían iniciado de manera muy primaria en el Hospital de la Paz en Madrid», afirma el pediatra del Servicio de Enfermedades Infecciosas de Pediatría de Son Dureta, Juan Hervás.

Aquel proyecto –«con base clínica y apoyo de laboratorio»– inició la colaboración con el Channing. Uno de los primeros pasos fue la epidemiología: determinar qué población de mujeres tenía el microbio. Pese a que el objetivo inicial era el desarrollo de una vacuna, los investigadores optaron por el tratamiento con antibióticos en el parto a aquellas madres en las que se había detectado la bacteria a través de una toma de muestras en las 35 o 37 semanas de gestación.

El interés de Benedí por el Streptococcus se extendió a su preocupación por todas las infecciones neonatales. Estudió la resistencia que estos organismos desarrollan frente a los antibióticos y determinó la escasez del paso de anticuerpos desde la madre antes de las 34 semanas de embarazo. El déficit de defensas era mayor en niños prematuros. Planteó, incluso, el riesgo de infección de técnicas como la intubación o los cateterismos.

Preocupado por el papel social, económico y práctico de la ciencia, se dedicó también a la biología molecular aplicada. Además de determinar la existencia de una variedad autóctona mallorquina de cabra, se interesó por los fraudes de la industria alimentaria. «Desarrolló la patente de un conservante espesante proveniente de la semilla de algarroba y utilizado en helados y chocolate», explica Gil. Contribuciones industriales que le valieron el reconocimiento de la Cámara de Comercio.

Durante los 15 años que trabajó en Son Dureta, la colaboración con la UIB para la investigación fue uno de sus pilares. Tanto que Benedí se convertiría en una pieza clave para la creación del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud en Mallorca (IUNICS) del que sólo llegaría a ver el embrión. Un centro hoy «de investigación de primera línea a nivel mundial» y con relaciones constantes con Harvard heredero de su empeño mañico.

Baleópolis nº 88  14-12-2010

Fuentes

GRASES, Félix & DUARTE, Carlos M. El papel social de la ciencia en Baleares. Un homenaje a Javier Benedí

Publicación del COMIB nº39

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